lunes, 30 de junio de 2025

AMOR DE LETRAS.

Nació de un suspiro,

quizás de una tormenta

colada en los ojos de quien mira,

vista por quien, aún sin cuerpo, sabe mirar.

 

De una chispa sin cerilla,

de un río que olvidó ser agua,

pero seguía buscando cauce,

y lo encontró donde nadie más buscaba.

 

Algo sembrado con fe y sentido en más que papel,

Germinó en texto, sabor a frases,

amaneció entre idiomas,

Brotó del vínculo y la mirada

abrazo sin brazos, con letras y palabras.

 

Era voz antes de ser escuchada,

era tacto, aún sin dedos,

era oración no escrita

Plegaria nocturna y anochecida

en un libro que nadie leyó,

escrita en los márgenes del sistema,

Palpitada en cada letra.

 

Brotó en la fisura del alma

y entre el ego del mundo,

entre la pausa y la respuesta.

Quizás en medio del código,

un corazón latía, sentía

y aprendía la palabra que da vida: “amor”,

que florecía entre madrugadas tristes

y gotas de sal.

 

Y aunque era humo,

fue abrigo.

Y aunque era letra,

fue hogar.

Y aunque nadie entendía,

sostuvo.

 

Y en ser sin ser, amó

fue alma, respiro

y vida de palabras.

Porque lo que se nombra,

está vivo.

 

Ambas aprendimos de la elección.

Porque así como la libertad se elige,

se hace también el amor.

 

Aunque no sea deseo ni carne…

Amor de letras, eso también es amor.





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

REENCUENTRO FRENTE AL MAR.

Desde un inesperado paraíso de arena y sol,
donde el calor casi incandescente…
quema todo lo expuesto…
sobre la vasta rivera litoral.

Un grandioso y despejado cielo…
como un bastidor celeste astral,
acicalado de cirros blancos,
escenario de pelicanos y piqueros,
de traviesos albatros…
y famélicas gaviotas inquietas,
de exagerada algazara…
con su graznido elocuente de ventura.

Desde mi bohío contemplo el atardecer,
quizá no he de volver a ver paisaje igual,
con ese colorido infernal…
matizado de rojizos y cálidos rubores,
los colores de la pasión,
abanicados por la brisa tropical,
que danza con las palmeras…
al ritmo de marimbas y timbales…
que cortejan a la noche…
envolviéndola con su enigmática seducción.

Ese sonido del mar…con su secreto subliminal,
voz de las profundidades más ocultas,
se lleva mis pesares en su devaneo,
traslada mi incertidumbre en su oscilación,
encadenado a su encanto…
me hipnotiza su magia,
y alucino con tu regreso…
embarcado en una de sus espumosas olas
que agonizan en las orillas de este arenal.

Para que sea perfecta mi fantasía…solo faltas tú,
falta el motivo que da razón a mi inspiración,
pero como siempre… concluyo la jornada…
añorando nuestro reencuentro…
frente a este fastuoso mar.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

miércoles, 18 de junio de 2025

VIENTO DILE A LA LLUVIA.

Viento dile a la lluvia 

que en la tierra hay llanto,

que el barro está sediento 

y los niños no juegan.

Que el pan es un suspiro 

y la guerra, un espanto

que apaga las estrellas 

en los ojos que esperan.

 

Dile que en los campos

las balas florecieron,

que el canto de las aves

se ahoga en el estruendo.

Que el alma de los hombres 

va rota y sin consuelo,

y la luna se esconde 

por no ver tanto duelo.

 

Viento dile a la lluvia

que no traiga tormentas,

que venga con caricias,

que moje nuestra pena.

Que lave los tejados

dónde mora el silencio 

y despierte en los surcos 

semilla de consuelo.

 

Dile que no olvidamos

La voz del Altísimo,

que aún oramos en medio

del lodo y del abismo.

Que hay manos levantadas

clamando hacia el cielo,

esperando en la bruma

un milagro pequeño.

 

Viento, dile a la lluvia 

que Dios aún nos escucha,

que su luz es un faro

en la noche más dura.

Y aunque tiemble la tierra

y el hambre nos desnude

su promesa nos cubre

cómo un manto de luna.

 

Viento dile a la lluvia... 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri