viernes, 24 de febrero de 2017

COMO DOS CUERPOS SIN ROPA.

Divina esencia el carmesí de tu boca
Las constelaciones de tu fe formaron
Un mundo que aún no conocemos,
Pero exploramos tú y yo.
Tú me escudriñas y yo te exploro las minas de tu alma, y es reciproco,
Y nos conocemos el interior desnudamente como dos cuerpos sin ropa.
La química del suspenso se apagó
En la confianza de amarnos los dos
Sin miedo a lo desconocido, como astronautas,
Más allá de lo que vemos decidimos conocernos.
Yo voy ahí caminando entre tu espíritu
Y tu estas aquí, en el adentro del quien soy cuando escribo poesía.

En la dosis de lo que no se conoce pero sospechamos,
Descubrimos juntos la capacidad de la entrega que fluye
La sustancia de una miel que no es de rosa,
Sino del alma, del yo que escondemos detrás de la carne y los huesos
Que ocultan invisiblemente la capacidad de poder amar más allá del entendimiento.

La teoría sobre lo intangible de eso que no se ve como lo es el pensamiento,
Se hace visible a través de los versos, de los cantos,
De las flores que demuestran la ternura sensible de un humano sentimiento,
Lleno de esperanza, de luz, de fuerza,
Y capaz de enseñar que la estrella del amor,
No es mentira sino realidad,

Y eso somos tú y yo. 


Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

¿TANTO CUESTA AMAR?

Hagamos las cosas más simples.
Amar, respetando al otro en toda su esencia. Sin limitarlo en sus deseos.
Desear. Desear compartir pequeñas cosas que hacen a grandes cosas de la vida.
Acariciar. El alma cuando algo duele, y sentirse acompañando al ser que amamos.
Suspirar el deseo de querer compartir cada segundo a su lado.
Contener, sin juzgar, sin criticar, sin sentirse dueño de la verdad y ser superior al otro tan solo por ser diferente.
Respetarse, en las diferencias. En los puntos de vista. Simplemente respetarse, sin misterios ni engaños.
¿Tanto cuesta hacer sentir al otro parte? ¿Tanto cuesta hacer un pequeño esfuerzo por demostrar cuánto lo amamos?
¿Tanto? Al punto de seguir cometiendo los mismos errores que nos trajeron a este presente insatisfecho,
Que no podemos ver, pero que es tan nítido como el agua, como el alma.
No te das cuenta lo que sufro por esperar una pequeña demostración de tu amor...

De un amor que por misterioso tras el pudor de mostrarse, pareciera ser invisible y por poco ausente. 



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

LABIOS.

Cuando esos, tus compadres se unen
¡Qué complicados son!
Y es que tienden a desarmar a esta pobre alma
Porque rompen y quiebran mi calma,
Que frágiles y sencillos son esos amigos
Pues me atraen a querer estar contigo,
A veces no se sin son amigos o enemigos
Porque así como reyes se vuelven mendigos,
Me hacen cada dulce mueca graciosa
Y otrora acompañan gestos de bruja espantosa.

Sin embargo, cuando nuestros amigos se juntan
¡Qué dulce festín comparten!
Y es que tienden a armar una privada jarana
Que cualquier herida de nuestra alma sana,
Son amigos, dueños y cómplices felices
Igual que amantes, maestros y aprendices,
En momentos no simples pero sencillos nos hacen vibrar
Al sentir cómo la pasión hace nuestros esqueletos quebrar,
Y cuando por ellos, tu corazón siento temblar

Agradezco al cielo, por tus labios, a la hora de amar. 



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

CARTA A MI PAREJA.

Sé que anoche llegue un poco tarde, y que debía haberte llamado, para decirte... que quizás había reunión de trabajo, o algún sobre tiempo, u otro pretexto, pude haberlo hecho, pero preferí decirte la verdad, que saldría con mis compañeros de trabajo, a beber unas cervezas... sé que debí hacerlo, pero en ese momento al imaginar tu carita triste y complaciente, me llevó a un viaje de nuestros inicios, de nuestra vida...

Cuando te conocí, pude ver a la mujer de mis sueños, me prendí de tu mirada y de tu sonrisa escondida, me turbé entonces y no pude decirte, cuanto había soñado contigo antes... con poder conocer a alguien como tú, y en ese momento, te imaginé como la dulce y amable tierra, donde querría echar mis raíces, pero desperté de ese sueño casi imposible, y me turbé al encontrarme con tu mirarme a los ojos... y no dije, sino un simple hola...

Verás, ahora te veo cuando dormida, y estas acostada a mi lado, soñando, quizás buscando el camino hacia nuestra felicidad, quizás imaginando que vamos por tierras desconocidas, hurgando entre la gente y las plazuelas, y tú, sin dejar de amarme, ¿y sabes por qué lo digo? porque veo tu dulce sonrisa, en ese sueño tuyo a mi lado, en la cama... nuestra cama.

Te contaré que a veces yo también sueño, imaginando en aquel desvariar, que nos hacemos viejos y casi olvidados, pienso en la tristeza de quedarnos solos, nuestros hijos ya se fueron, los amigos, casi todos, ya murieron y sólo le pido al cielo, que me lleve antes que a ti, porque la verdad amor, no soportaría la angustia, de no volver a dormir a tu lado, de no verte dormida nuevamente, soñando, sonriendo... besando tu frente cuando tu duermes... sé que es un párrafo triste, pero amor, es parte de la vida, es parte de nuestra historia.

Nunca hallé un libro que me prepare o instruya en cómo ser un buen esposo, sé que no soy un mal hombre, pero también sé que no alcanzo a darte la felicidad que mereces, dame tiempo mi amor, porque no nací sabiendo, y para hacerte feliz, debo aprender un poco de todo, como si fuera un niño aprendiendo a andar, podría pedirte muchas cosas, pero sólo te pido, que seas paciente, amorosa, y comprensiva como hoy lo eres.

Te diré algo que no suelo contar, antes, solía ver a las parejas ya casadas y yo me soñaba con serlo, ahora, nada es sencillo, es un mundo nuevo, una nueva historia, un mirarme hacia adentro, que poco a poco acepto, no soy perfecto y eso es algo que me duele, porque mereces lo mejor de mí, que aún no tengo... pero algo si te prometo amor, hacerte la esposa más feliz de la tierra, de mi mundo, del tuyo, del nuestro.

Te prometo que tendrás muchas risas y alegrías, que no faltarán las comidas que juntos hagamos, te prometo que no faltaran los disgustos y los reclamos quizás... pero te prometo también, que el calor de mi pecho, siempre te buscará para darte abrigo, para darte consuelo, y quizás llore a tu lado, quizás lo haga a escondidas, pero jamás, jamás renunciaré a un abrazo tuyo, a un te quiero con el alma, a un, amor... no te vayas.

Amor, te escribo esta carta... porque estas aún dormida, y a veces, no suelo decir todas las cosas que querría, y amor, no esta noche, estás dormida, pero quiero decírtelas.... Te Amo con el Alma, eres mi compañera, mi esposa, mi amiga y mi amante fiel, y contigo la vida es bella, es diferente, pero la quiero, contigo a mi lado y con Dios cuidando de ella; Amor, cuando leas esta carta, fingiré estar dormido, para darte tiempo a que la leas, no te enojes, soy así, a veces callado, a veces muy loro, pero nunca suelo decirte, todo lo que quisiera, y es que Te Amo tanto... que me sigo turbando cuando encuentro tu dulce y bella mirada.

¿Sabes algo Amor? te seguiré escribiendo mientras pueda, y eso es cuando tú duermas, porque no podría despierto hablarte, y perder tu mirada, por eso Amor, ámame todo aquello que puedas, bésame todo lo que quieras, guárdame todo lo necesario, y sigue pensando, que a pesar de no ser perfecto, te haré muy feliz con todas la fuerzas que aún me quedan.


Hasta mañana Amor, te daré un beso en la frente y dejaré que tú duermas, mientras yo imagino recordar tu mirada, la que yo extraño, cada vez que tú sueñas. 



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri  

LA PRIMERA SENSACIÓN.

Hay una dama a la que siempre quiero,
Siempre se sienta en el pupitre de la esquina
Ella siempre anda solo no conversa con nadie
No voltea hacia atrás mientras camina.

Siempre anda taciturno y circunspecto
Sin embargo le tengo mucho afecto
No sé si eso sea bueno
Pero me gusta y no lo niego.

Es irremediablemente arrogante
Aunque él se empeñe en negarlo
Supongo será un buen amante
Me encantaría algún día probarlo.

Quisiera que se diera cuenta
Que solo con mirarme me sustenta
Alimenta
Y calma mi alma sedienta.

Ya no se sienta en el pupitre de la esquina
Entre nosotros hay cierta cercanía
Jamás pensé que el día llegaría

Lo veía con mucha lejanía. 



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

jueves, 16 de febrero de 2017

NUNCA, TODO, SIEMPRE.

Nunca dejes de leerme
Ámame en mis plañideras letras
Son para ti sabes

Llevan mitades de besos
Que no quieren morir
Y que te esperan
Para nacer

Nunca te ausentes tanto
Que yo pueda pensar que para siempre
Debo sepultar a mi esperanza

Todo aquello que te dije es verdad
Y estoy seguro
De que quiero amarte más allá
Del tiempo y de todo
Nunca dejes de soñar
Con un día
Solo para amarnos sin pensar
En nada más

Eres esa parte de mi ser
Que había buscado para sentirme feliz
De estar vivo
No sentiste tú lo mismo
Cuando supiste de mí

Si no estás me falta lo mejor
Que lo mejor de mi alma ha sentido
Nunca dejes de venir…
Aunque sea con el silencio de tus ojos
Mi amor,
Porque siempre habrá para ti
Una palabra
Esperándote aquí
Para decirte que te amo
y que cuentas conmigo siempre. 



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri.