domingo, 30 de octubre de 2022

¡MÁS VALE TARDE!

«¡Más vale nunca que tarde!», dice..

y me arde más mi frustración.

Y el corazón, que hoy cobarde ya,

¡no acepta más esta situación!:

 

.. de que al final de mi camino,

y cuando casi ¡o todo! ya se ha ido

se atreva, ¿él? ¡¡a jugar conmigo!!:

.. el mal nacido del hoy, cruel destino

 

brindándome al fin

la oportunidad

que la acuñé y desde el nido;

queriendo,                                                               

del amor,

hallar su todo:

el que me habían prometido-

 

«¡Más vale nunca que tarde!», brama

mi alma, ¡en dolor y no en calma!..

Pues ha sufrido ¡y mucho!

esperando … lo que nunca vino

 

Optando, así, y ya por la mitad

¡la rechazar!, ¡y al sueño mismo!;

el que, y por quedar ¡y tanto! atrás

¡hoy ya no sería lo mismo!..

 

 poniendo así un «no lo quiero más»

a lo que de mi vida, fue, su real motivo

 

«¡No es tiempo, ya,

ni es oportunidad!»

llora..

 

pues ¡casi es el final

que de Mi Camino!

 

¡¡Más vale tarde que nunca!!, rumia

mi corazón, ¿él? ¡destruido!:

 

y en contradicción flagrante, vive hoy

con lo que ha sentido:

 

que este hecho,

el de haber venido

y al haberla vivido así

a esta oportunidad

¡sin amar, como soñó y lo quiso!

¡¡no merecía un «más»!!

 

.. y menos siendo él

ya tan tardío.

 

Porque si no,

.. si lo vivo,

.. si me animo

 

¡en un destiempo grueso,

y para peor dolorido y tardío!

…a Aquello,

a Lo Que Siempre Soñé,

y que recién hoy lo atisbo…

 

¡querré tener lo que no tengo!:

 

¡querré un Por Siempre

… o mucha vida!

 

… ¡para curar heridas

que de hace tanto tiempo!

 

… ¡y para gozar del Sueño,

y del Amor!: ¡¡los que De Mi Vida!!

 

.. De los que fueron

¡Y QUE AÚN SON! ..

 

… ¡si es que despejo o sano

a las que mis heridas!

 

… y me rindo

y ya sin conflictos

ante El Verdadero Amor…

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

BAILEMOS JUNTOS.

Ven bella señora,

Bailemos juntos

Que la música de la lluvia que cae

Sea el compás de cada paso nuestro

Los dos en un solo mosaico

En medio de una sala de baile

La música sonará

Ven, bailemos, súbete a mis pies

Para que llevemos el mismo paso.

 

Ven bella señora

Bailemos juntos.

Regálame el recuerdo de tus abrazos,

Mientras coordino y aprendo tus pasos.

Me gusta tu estrecha y fina cintura.

Me apena lo bajo, de mi estatura.

Pero eso no importa, con dicha cantemos,

Que, de no pisarnos, nos comprometemos.

 

Oiga Usted, Caballero, acepto lo de bailar.

Pero, primero, se ha Usted, de presentar.

Ya me ha puesto demasiadas condiciones,

y yo ni siquiera he escuchado las canciones,

con las que pretende Ud., sacarme a danzar.

¿Qué es eso de subirme en sus pies y bailar?

Vamos despacio y seguro, cuál es su nombre?

Mire, Ud., yo no bailo con cualquier hombre.

Si quiere bailar conmigo, ha de presentarse

Y luego escoger la música si, ha de bailarse.

 

Me presento quitándome el sombrero

Soy Antonio Carlos,

no soy un experto bailarín, ni un poeta,

a veces bailo con las letras

Como un loco que le salen

los versos del alma

Pero si usted me permite

Esta pieza, bailaremos

hasta el amanecer.

 

Ven bella señora, ¿Quién empieza?

Bailemos juntos, esta pieza.

Si no le gusta el fandango,

Que le parece, mejor un tango.

La alegría le otorga ¡el sabor!

Por favor, no me ofrezca, licor.

Ya veo varios borrachitos,

Dando vueltas, torciditos.

 

Regresé para bailar

con el alma enjuta,

pero bailaré con ganas

para levantar el alma,

para seguir viviendo

para sonreír al mal tiempo.

 

Ven, bella señora

Bailemos juntos,

Regáleme por favor, una sonrisa.

Porque hay que celebrar su visita,

Aprovechemos juntos las horas,

Le confieso, es usted, bella señora.

Me perdona … es lo que creo.

Le pregunto …  ¿sufre usted de mareo?

Porque, le instruiré, varias vueltas.

Relájese, deje sus manos sueltas.

Dejemos ir nuestros cuerpos, con libertad.

Levantando el alma, su majestad.

 

Majestad, cuando bailo mi cuerpo se relaja,

y de majestad no queda ni un ápice de pudor.

La música pone en mí el movimiento,

la sangre bulle y ya nada importa.

 

¿Se sabe usted, esta pista?

Le cuento señora, que nunca la perdí de vista.

Me parece que baila tan increíble,

Y nunca se cansa, es invencible.

El baile es alegre y muy divertido,

Le queda precioso, su lindo vestido.

 

Que hermoso se puso el baile

Y con usted bella señora

Bailando con alegría

La melodía y los amigos

Danzando este baile no tendrá fin

Olvidando las penas

Y disculpe usted bella señora

si mi mano va a su cintura

Es el calor de este baile …

 

Y cómo bailar,

en un día acendrado,

cuando la virtud del ser amado

camina en brazos del viento.

Suena la música aderezada

embargando mi piel cansada;

ay, señor, qué lejos queda

la melodía de nuestra canción.

¿Bailas tú, o bailamos los dos?

Si, mejor acepto la invitación

y bailo sin condición

en la noche clara tu canción.

Y ahí bailando los dos

el mundo tendrá otro color.

 

La fiesta, está de divorcio,

Ya van a cerrar el negocio.

Hay algo, que quiero saber;

Le gustaría, ir a comer.

Después seguirá el baile,

Y flotaremos, por el aire.

 

Flotaremos por el aire?.

Ponga un ancla señor,

que ya la paloma voló,

sin alas ni cuerpo,

dejó su música,

su aroma y color.

 

Bailemos juntos y desnudos,

la luna cantará la melodía,

las estrellas serán nuestras,

pasos vienen pasos van,

abrazados comprimidos,

somos dos un solo amor,

muy juntitos y arrimados,

en fricciones excitantes,

tú me miras yo me éxito,

tú me abrazas yo te beso,

este baile es tuyo y mío,

y esta noche es de los dos.

 

En el compás del paso

Te abrazo

Y cada melodía al danzar

Será un momento para recordar

Ven, bailemos

Con pasión y delicadeza

Ya la orquesta está cansada

Que sea la última pieza

Y nos iremos a ponerle

Un cierre con broche de oro.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

jueves, 6 de octubre de 2022

PENSAMIENTOS EN MI MENTE.

Estoy pensando sin razonar

Sufro al no poder más llorar,

Y callo por no poder gritar

Cuando ya no puedo pensar

Mi mente es una gran marea

Que no puedo describir

Pues al quererlo se basa

Como si intentará no vivir

Los pensamientos inundan

Y ya no puedo resistir

La realidad no consigo percibir

Aún si de ella me rodean

Sin saber qué decir.

 

Dime como hago amor para no extrañarte

si estas en mis días, aquí a mi lado,

que te veo reflejada en la luna

y las estrellas tienen tu figura.

 

Cada flor tiene impregnado tu olor,

el mar en sus olas contiene

el vaivén de tu amor,

dime amor como hago para borrar

los pensamientos de mi mente.

 

Mente vacía y descansar

Librarse de pensamientos

Que vienen y van,

Pero qué mal hay en no cavilar,

En momentos de descanso

Es mejor no pensar.

 

Disfruto y olvido el momento,

cada uno tiene su único silencio,

no soy esclavo, pero tampoco dueño,

soy libre a veces en mi espacio.

Mantengo sin necesitarlo vivo el pasado,

me hace más inseguro del futuro,

supongo que la memoria es un escollo,

pero también me ayuda en el devenir diario.

 

En medio de una tormenta

Se ahoga mi corazón,

Por culpa de una ilusión

Solitario se lamenta;

Una experiencia muy cruenta,

Otra nueva decepción,

Por, de amor, una traición,

En relación muy violenta;

Ya me cansé de vivir.

Siempre entregándolo todo

Y nada a cambio pedir;

Ya basta de tanto lodo.

Hoy renunciaré a seguir

Entre agonías y lloros…

 

Son aves que vuelan en retirada,

son notas de una extraña canción,

son colores dentro de una cascada,

pulsos trotando errantes dentro de un corazón

que disparan lirios blancos hacia el cielo,

martillan carcajadas de dolor,

se disfrazan de arlequines con desvelo

y hacen versos que cantan al amor

mi locura es su alimento y su simiente

y se empujan para solos figurar

y su trifulca en el tugurio de mi mente,

es la fuerza que aún me hace caminar.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

EL ALMA DORMIDA.

Hay quien nace buscándose.

Y se busca tanto, y tan lejos,

que se sumerge en mares olvidados.

Hasta que acaba perdido.

Y se acecha, al menor descuido, sobre

un desfiladero, sobre la rosa blanca

que duerme junto a la plaza, o se ve

entre cordilleras, juntando anhelos.

Y visita continentes, y alardea de ellos;

y come con parientes lejanos. Confunde,

al regresar, el idioma de los suyos.

Entonces, se entristece, y rompe con todo.

Finge estar desaparecido. Aunque muchos,

conocen y saben de sus circunstancias.

Él, que no sabe si regresar a un pasado inexistente,

o tolerar el presente, habla

en murmullos, que olvida al instante.

Y cree ser sordo, y ciego, y mudo. Y la palabra

tarde, se dibuja sobre su rostro cerúleo, como una

nube sedienta que sólo quiere vengarse.

Se deja atrapar por la cobardía, escarnecer

por el esfuerzo de los años. Se deja llevar.

Y abandona, sin abandonarse del todo.

De repente, algo le domina, y lucha,

buscando nuevos continentes. Es viejo,

o casi viejo, pero la experiencia siempre

fue un grado, le dijeron, y los contenidos,

ya no le asustan.

Hasta que al final, encuentra su alma,

dormida, como nunca lo estuvo.





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri