Estoy pensando sin razonar
Sufro al no poder más llorar,
Y callo por no poder gritar
Cuando ya no puedo pensar
Mi mente es una gran marea
Que no puedo describir
Pues al quererlo se basa
Como si intentará no vivir
Los pensamientos inundan
Y ya no puedo resistir
La realidad no consigo percibir
Aún si de ella me rodean
Sin saber qué decir.
Dime como hago amor para no extrañarte
si estas en mis días, aquí a mi lado,
que te veo reflejada en la luna
y las estrellas tienen tu figura.
Cada flor tiene impregnado tu olor,
el mar en sus olas contiene
el vaivén de tu amor,
dime amor como hago para borrar
los pensamientos de mi mente.
Mente vacía y descansar
Librarse de pensamientos
Que vienen y van,
Pero qué mal hay en no cavilar,
En momentos de descanso
Es mejor no pensar.
Disfruto y olvido el momento,
cada uno tiene su único silencio,
no soy esclavo, pero tampoco dueño,
soy libre a veces en mi espacio.
Mantengo sin necesitarlo vivo el pasado,
me hace más inseguro del futuro,
supongo que la memoria es un escollo,
pero también me ayuda en el devenir diario.
En medio de una tormenta
Se ahoga mi corazón,
Por culpa de una ilusión
Solitario se lamenta;
Una experiencia muy cruenta,
Otra nueva decepción,
Por, de amor, una traición,
En relación muy violenta;
Ya me cansé de vivir.
Siempre entregándolo todo
Y nada a cambio pedir;
Ya basta de tanto lodo.
Hoy renunciaré a seguir
Entre agonías y lloros…
Son aves que vuelan en retirada,
son notas de una extraña canción,
son colores dentro de una cascada,
pulsos trotando errantes dentro de un corazón
que disparan lirios blancos hacia el cielo,
martillan carcajadas de dolor,
se disfrazan de arlequines con desvelo
y hacen versos que cantan al amor
mi locura es su alimento y su simiente
y se empujan para solos figurar
y su trifulca en el tugurio de mi mente,
es la fuerza que aún me hace caminar.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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