El silencio
llenando al vacío
Fue
amplificando por las lágrimas, 
Retumbaban
sobre el sueño 
Que vio irse a
su más ansiado ser. 
Será que a su
edad ha vivido 
A cada gota
una súplica: 
No te alejes
se decía 
Repitiendo a
sus pies engendró un charco de rabia. 
Dice que se
fue. 
Quien la
despojó de las escobillas que juntos escribieron 
Dejándola al
vacío. 
En gesto
depredador 
Sus manos su
hundieron en el charco de la ira 
De su ser
querido. 
Apaciguada por
sí misma 
Su propia agua
de mar resultó ser. 
El
reencontrado equilibrio,
Aún de rodillas,
El agua salada
ya se ha ido dice, 
Se fue, ya se
ha ido de pie. 
Lejos quedó el
temblor 
Por quien
ahora ve irse 
A lo lejos de
sus espaldas. 
Te querré de
espaldas. 
Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 
 
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