Ámame con las palabras escritas
Y con las que aún no se han inventado,
Con el silencio de la nada,
Con el murmullo del viento.
Ámame con las risas que desahucian las tristezas,
Con pañuelos que secan el llanto,
Con los minutos que formas las horas,
Con las horas que forman los días.
Ámame con lo lícito del amor y lo prohibido,
Con lo que somos y lo que imaginamos,
Con las sábanas calientes que abrigan los sueños
Con el cuerpo vestido de deseos.
Ámame con el corazón gastado por el tiempo,
Con el alma como si aún fuera primavera,
Con la savia que da la vida a los árboles,
Con el néctar de tus dedos y de tus manos.
Ámame en ese instante mágico de lo eterno,
Con lluvia de fuego que quema las entrañas.
Ámame sin tiempo ni medida,
Ámame yo te lo ruego.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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