domingo, 26 de abril de 2020

AROMAS ENTRE LOS LABIOS.

Lúcida nace la criatura
y en sinuosa singladura,
va amputando los sentidos,
Frena sin tregua el instinto,
que nace prístino y noble
y va coartando los goces,
de su personal camino.
Así, va colmando su bagaje,
de fútiles desatinos.

Va sembrando desventuras,
quien a la violencia acude
y no falta quien la cuide,
en pos de sus apetencias.
Senderos de la belleza,
calcinados por el odio
y un camino de rastrojos,
enturbiando sus destinos.

Prisión de etéreos barrotes
que va cercando conciencias
y en aras de la inconsciencia,
va socavando lo noble.
Surcando sobre la frente
cicatrices y temores,
gotas de sangre recorren
los enquistados terrores.
Se han desatado las cinchas
que oprimen y que corrompen
y se vislumbran rendijas,
donde la luz se desborde.
Envueltos entre vapores
se disuelven los temores
y regresan las sonrisas,
que se perdieron sin norte.
Las voces suenan a risa
entre los labios de bronce.

Versátiles las ofensas
que se prodigan sin nombre,
corazones sin esencia,
ya rotos desde que nacen.
Volutas de negra inquina
con podredumbre en sus bordes
y nefastas criaturas,
en el fondo de los Hombres.
Así, el odio camina,
donde la maldad se esconde.

De solitarios perfumes
se barnizan los amores,
que en su seno van forjando,
desatinados rencores.
Efluvios de seca sangre,
entre lo necio y lo noble.
Se van quedando vacíos
los enriquecidos cofres,
llenos de pura belleza
cuando es el amor su nombre.

Aromas entre los labios
que suspiran en el aire,
entre la pena y la dicha,
entre el amor y el desaire.
Senderos entre los ojos,
enriquecidos y nobles.
Torna la vida a su cauce
preñada de pura madre
y sus caricias se abrazan,
a quien sin odio acompañe.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario