A veces ... Solo siento
tibio aliento por mi boca
y una lengua que retoza
saboreándome la miel.
A veces... Que me toca
apartándose de prisa
los ya maduros bulbos
que me abultan el sostén.
A veces... Con su osculo
más abajo en mi cintura
delibera entre mis muslos
...erizándome la piel.
¡Y huyo en el presagio!
presurosa por el miedo
más sus piernas enganchadas
...me someten más a él.
Le digo...
"El sexo es como un verso
penetrándose sin prisas
...y el gemido es la poesía
que no quiero interpretar"
Y entonces...
...solo escucho
sus reclamos tras mi oído
Por favor...
¡Que no me insista!
Por favor...
¡ No puedo más !
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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