viernes, 15 de mayo de 2020

UN LATIDO QUE AVANZA.


Amor de niebla,
inmerso en la distancia,
incolora mirada,
tensa voz prisionera,
que los labios escancian.
Amor de luz,
viviendo a contraluz,
blanco y gris,
silencioso o brutal,
en la apacible estancia.
               
Un tragaluz que mira,
la pasión desatada
o la tierna mirada,
que en el amor transita.
Una luz cenital,
como un ojo crucial,
observando la vida,
luz que siendo cautiva,
silenciosa, no avanza.

Dolor que atrapa,
retorciendo la vida,
serpenteante camino,
pletórico de trampas.
La confusión que habita,
como un viento sin sino,
que hiere y acaricia.
Tremenda encrucijada,
de obstáculos y prisas.

En la tierra se agita,
como un nervio que vibra,
un ser que sobrevive,
en la oscura guarida.
Se agrupa la manada,
arropando la vida
con el calor que emana.
Amor que se contagia,
penetrando hasta el alma.
Tiernas voces que gritan,
despertando en el alba.

En la senda del sueño,
un latido que avanza,
con el vigor legítimo,
de un corazón que ama.
Un tránsito entre alientos,
que la vida reclama.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

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