Amor mío se levanta tranquila la mañana
con el canto de las aves, ya no puedes
escucharlos,
me da pena, pues sus trinos son bellos y
suaves.
Mis amigos han intentado que vuelva a
enamorarme,
no puedo, mi corazón sigue ocupado, de ti está
prendado,
y cada noche bajo la almohada. guardo tus
besos, abrazos
que me acompañan y te abraza mi alma
enamorada.
Qué bonito era sentir tus manos de orfebre
apretando
cálidamente las mías pequeñas, nuestra unión
de cuerpos,
fusionando almas en una sola, con la total
entrega.
Qué bonito era pasear a tu vera, mirando tus
ojos oscuros,
perderse en una línea concreta, ver en tu
rostro tostado,
esa sonrisa directa, tu serenidad, tu ternura,
de entrega directa.
No puedo amar de nuevo, tú sigues en mi
recuerdo viviendo,
latiendo, evocando nuestros momentos, aunque
pase el tiempo,
lento o rápido, yo te seguiré queriendo, hasta
encontrarnos.
Aunque no sea cierto que volveré a tenerte,
quiero pensar
que se unirán nuestras esencias cuando llegue
el día de mi partida,
me iré para siempre, sólo, desnudo de alma y
cuerpo, pero en mi corazón
habrá el equipaje de amor completo, entonces
yo andaré descalzo,
dejaré este valle incierto en el que estoy viviendo,
para ir a tu encuentro.
Por la noche todo se llena de silencio, pero
siento tu presencia,
despacio me llega tu esencia y a ella me
entrego, al canto de las aves
a la realidad me despierta, pero tengo tu
aroma en mi cuerpo,
los recuerdos son rosas, tienen espinas, pero
su fragancia es divina.
De nuevo el canto de las aves, del todo me
despierta, llega un nuevo día
que afrontaré con valentía, como he de hacer,
la vida sigue,
ya llegará el momento de mi partida y quizás
te encuentre en la otra vida.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
No hay comentarios:
Publicar un comentario