lunes, 13 de abril de 2015

AL POETA.

Poesía de largos atardeceres,
De sueños y silencios,
Poeta de embelesos y categóricas palabras,
Palabras que le arrebatas al alma
En medio de la espesa palabra,
Que camina en pos de la mañana,
Poeta de lírica … de oda …
De versos que vuelan más allá del firmamento
Hasta remontarse en elevadas cimas
Donde los dioses moran.

Poeta que entregas tu inspiración a la madre,
Al hermano, al amor, a la vida, …

Poeta que ahogas tu tristeza
En la musa palpada, en las palabras breves,
Entre profundas reflexiones
Y así adornas el cuadro del diáfano arte del idioma.

Poeta que enalteces la luz radiante
Que ilumina tu corazón deshecho,
Y que serenamente, entre turbados sentimientos,
La cuchillas ante este y tú lo miras largamente
Y tomas pedazo a pedazo hasta hacerle fuerte,
Frágil, sabio, dulce, tierno, dócil, …
Adornas el dolor con la diáfana alborada del verso,
Destierras al odio y lo conviertes en amor,
La desesperación en amor, ilusión y canción,
Y junto las cuitas de lo vivido, sonríes.

A ti, quiero contarte en este día,
A ti, quiero conmemorar en esta callada noche,
Noche en que mis palabras se ahogan,
En mis calladas lágrimas.

A ti quiero pedirte que escribes,
Aunque sea con gastados implementos,
Y aunque sentías para qué tu alegría sea,
No una muera en el vacío,
Sino más bien la luz infinita que brilla.
En el anhelado templo de la poesía,
Que danza alegremente
Entre la inspiración y la tristeza,
La ilusión de la certeza
Y podamos siempre algún día,
Remontar el amor sobre el odio infrahumano de los hombres
Y poder acariciar las mejillas de los niños
Convirtiéndolos en hombres y no de armas.


Autor
Antonio Carlos Izaguerri

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