De vez en cuando me siento mal
Y escribo para sentirme al margen
Al no entender mis alrededores cobardes,
Al no comprender la vida y sus principios
básicos.
Y es que no soy tan simple como tantos lo
ven
Ni tan complejo para no darme a entender.
Escribo quizás por ataduras mayores que ya
no son clásicos,
Por caer preso de un cerebro molesto,
Con los secretos de gente sin pensamiento,
Gente que me estorba al paso y no se
mueve,
Gente que se indispone de moverse fácilmente,
Gente al fin y al cabo gente,
Pero esta no es la explicación más fuerte
Ni una ley de vida como Jack London,
A veces pienso en el otro y recapacito
ausente,
Mi perenne corazón que se molesta estando
en mi invisible trono,
Y como decirle el cómo de las cosas
Si ni la vida propia se apropia de las
dudas.
Ya no me bastan las ayudas,
Ya no me bastan los abrazos sinceros de
una mariposa lira,
Detente a pensar por lo menos en este
instante querida vida
Y dale una respuesta a ese caminante sin
oficio,
Que en su desperdicio clama por compañía,
Que en su inicio encontró la vida
Y en su recorrer la muerte tantas veces,
Tantas para no volver a quererte.
Antonio Carlos Izaguerri
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