domingo, 19 de abril de 2015

EL MISTERIO DE LA VIDA.

De vez en cuando me siento mal
Y escribo para sentirme al margen
Al no entender mis alrededores cobardes,
Al no comprender la vida y sus principios básicos.

Y es que no soy tan simple como tantos lo ven
Ni tan complejo para no darme a entender.
Escribo quizás por ataduras mayores que ya no son clásicos,
Por caer preso de un cerebro molesto,

Con los secretos de gente sin pensamiento,
Gente que me estorba al paso y no se mueve,
Gente que se indispone de moverse fácilmente,
Gente al fin y al cabo gente,

Pero esta no es la explicación más fuerte
Ni una ley de vida como Jack London,
A veces pienso en el otro y recapacito ausente,
Mi perenne corazón que se molesta estando en mi invisible trono,
Y como decirle el cómo de las cosas
Si ni la vida propia se apropia de las dudas.

Ya no me bastan las ayudas,
Ya no me bastan los abrazos sinceros de una mariposa lira,
Detente a pensar por lo menos en este instante querida vida
Y dale una respuesta a ese caminante sin oficio,
Que en su desperdicio clama por compañía,
Que en su inicio encontró la vida
Y en su recorrer la muerte tantas veces,
Tantas para no volver a quererte.


Autor
Antonio Carlos Izaguerri

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