Eres la razón
más importante que tengo para vivir,
La inspiración
más sublime para obstinarme a la vida,
Mi tentación más
deseable que no tiene límites,
Todo lo que
una mujer puede desear y aún te sobran encantos,
La más
naciente rosa en el jardín de mi alma.
Ni un manojo
de flores asemeja a tu original belleza.
Tú sin proponértelo
has desafiado la belleza,
Has trasplantado
en tus sortilegios
La celda más
elegante para mi alma.
Yo soy el
presidiario más feliz en la cárcel de tu amor,
Voy a hacer travesuras
de amor
Para que me
llegues a tu corazón.
Que tus labios
sean cadenas
Y tus brazos
los barrotes.
Prívame de la
libertad.
Tortúrame con
besos y caricias,
Senténciame a
cadena perpetua.
Si tú vas a
ser eternamente mi centinela
No habrá
prisionero más dichoso
Que quien yace
cautivo en tus encantos.
Sujétame a ti,
Báñame en el
manantial de tus besos,
Limpia mi
cuerpo con el sudor de tu cutis
Y amárrame a
tu ser.
No me debes
libertad,
Cubre mi
respiración con tu acento
Y no me dejes
escapar nunca de ti.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
Antonio Carlos Izaguerri
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