(Dedicado a Eva María)
Arráncame el corazón,
Despójame de todo,
Destroza mis dedos
Y también mi inspiración.
No dejes nada en mí,
Desclava mis ojos,
Quítame toda palabra,
Borra mi media sonrisa,
Tira mis caricias,
Olvida mi presencia,
Acalla mis latidos,
No me dejes respirar,
Y después de todo esto,
Cuando nada quede de mí,
Ni una mirada, ni un verso,
Ni una línea de un poema …
Cuando ya nada sea cosa de celos,
Ni motivo de dudas,
Ni fuente de lágrimas,
Ni de noches eternas …
Entonces yo …
Te seguiré abrazando
Y siendo nada de ti,
Te entregaré
Lo único que en mí
No pudiste destruir:
El amor
Que infinitamente sentiré por ti.
Autor:
Antonio Carlos Izaguerri
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