(Dedicado a Eva María)
Quisiera poder escribir mil versos,
Pero no sé hoy qué le pasó a mi imaginación,
Quisiera
Compararte con lo más bello de la tierra,
Pero … ¿qué es más más bello que tus ojos?
¿Qué más tentador que tus labios?
Quise dibujar una estrella, no lo logré,
Me cegó la luz de tu mirada.
Quise dibujar la luna,
Pero la opacó tu sonrisa.
Quise dibujar el campo,
Pero me distrajo tu cuerpo.
Intenté dibujar la noche,
Pero se perdió en mi alma,
Y al dibujar las verdes colinas,
Sólo dibujé tus ojos.
Entonces me abrazó el viento
Y me cubrió su frescura,
Pero mi piel le rechazó.
Esperaba tus brazos
Al ver que nada funcionaba,
Me invadió el desespero
Y quise perder la cordura,
Pero la perdí contigo
E intenté olvidarte,
Y te vi tatuada en mi piel.
Quise ahogarme,
Pero ya había naufragado en tu calor
E intenté arrancarme la piel
Porque sentí tus caricias.
Quise callarme y no gritar tu nombre,
Y mi corazón lo conjuraba
Y me venda los ojos para no mirarte.
Vi tu imagen en mis párpados,
Paré de respirar para no sentir tu aroma
Y lo llevaba en mis venas.
Me senté impaciente buscando respuestas en las manos
Y se me iban como agua entre los dedos.
Soñé que dibujaba el mundo
Y las tintas se corrían sobre el lienzo.
Soñé que escuchaba tu voz,
Pero se disolvía en el tiempo
Y desperté con lágrimas en los ojos,
Y lloré.
Lloré tanto que se ahogó mi llanto,
Que se me reventaban las venas
Y se me empapaba de sangre.
Sentí miedo y reí de ironía,
Porque conmigo estabas.
Con mi sangre dibujé tu boca,
Me quedé mirando y mi sangre seguía corriendo.
Sentí que moría,
Pensé que moría y no morí.
No tenía sangre y no moría,
No tenía lágrimas y lloraba.
Tenía miedo y no temblaba.
Cerré los ojos y veía.
Me di cuenta que todo fue en vano,
Ya había muerto con tu partida,
Ya era sólo una nube de melancolía
Y que no podía hacer nada.
Entonces quise que supieras cuánto sufría
Y escribí lo que leías.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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