viernes, 28 de agosto de 2015

LAS ROSAS.

Olvidada te tengo mi amor,
Apenas recuerdo la alegría,
Aquella que fue nuestra entre las rosas.
La añoranza y las sombras
Han hecho su trabajo,
Y ahora estoy sólo,
Al cobijo del llanto.
Mueren a diario
Las rosas florecidas,
Las rosas tan nuestras,
Las rosas tan vivas.
Ayer crucé aquel puente
De nuestros despertares,
Aquel que anduvimos sin prisas
Que albergaba estaciones,
Parajes encubiertos de sonrisas:
Corredor de pasiones,
Pasaje hasta la dicha,
Y aunque fuera en diciembre,
Lucían las rosas encarnadas
Y luces coloridas nos miraban,
Aquellas luces nuestras,
Aquellas rosas vivas.
Anochece en el puerto
Y vuelven las naves a su atraque.
Es un velero el viento
Por un aire sin parte ni secretos.
Se acerca sin su cerco,
Se ilumina en mi espejo,
Me invade Luna Nueva
Y el intento se eleva.
El deseo se aferra.
Tantas ganas de verte,
Tantos besos sin fecha.
¿Está tu adiós presente ...?
Dile que se espere
Y que el olvido lo lleve y lo aleje,
Qué el "ahora" es del alba.
Levanta la mirada y mírame a la cara,
Hazme una señal con tu brillo entre aguas ...
Siempre tienes los ojos cubiertos de gotas ...
¡Cristalino de olas! ¡Rocío de amapolas!
Rocío sobre mayo y coloridos pájaros
Y diminutos soles entre rosas tempranas.
Las rosas encantadas,
Tan nuestras y tan grana.



Autor:
Antonio Carlos Izaguerri.

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