He venido lentamente describiendo quién soy,
Y para que no desaciertes más,
Te aclaro que no soy Dios,
Pero sí de Él soy su carácter,
Y por eso la verdad es mi único lenguaje,
Y odio que el Mal se disfrace de Bien
Haciendo creer al hombre que es un ángel de luz,
Cuando debajo del traje hay un terrible demonio.
Hoy vengo con el afán de dialogar con aquellos
Que se dicen “amor”, el modelo y la forma,
Y para eso empiezo por lo más común y tosco,
Esperando al final referirme a lo invisible
Allanar el camino de lo grueso y lo pequeño
Y lograr que sólo quede el intangible,
El que soy y siempre existo.
Hoy vengo con la única arma que porto para no dejar fantasma
vivo,
Traigo un puñado de palabras perfumadas, frágiles y
ciertas,
Sin más violencia que pronunciarlas,
Ellas salen contundentes
Y al primer contacto de su trino eliminan de repente
mentiras, poses e intereses,
No hay falsedad que resista el canto de sus tiernas voces.
Su razonar es sencillo,
Su filosofar son acciones
Y nunca hieren ni matan, incluso al peor enemigo,
Ellos son los que se mueren al tocar su santidad
Y huye la oscuridad ante sus pasos de niño.
Vamos pues a la materia y empiezo por preguntarte
¿Dices tú que amas porque das cosas y objetos a los que
viven contigo,
Que se debe reconocer tu papel de proveedor que llevas
comida, ropa,
Y hasta construiste una casa, y en los días de fiesta
siempre llevas regalos?
Tu visión contable mide el amor por los activos que
acumulas o que compras
Cuando falta un consejo y necesitan que les escuches.
Todo sólo dices que se haga y todos deben cumplir,
O que se queden callados pues no aceptas discrepancias,
Es tu única opinión la que tiene sentido,
No se permite el dolor, y menos sentirse triste,
Tú incluso decretas cuando vale la fiesta,
Cuando no es sospechosa la risa y valen los sentimientos.
Yo te he visto quedar, después que pasan los años,
Sentado en la dura banca que da vista a la calle
Mientras la vida se fue y te acompaña el olvido,
Sólo el silencio quedó en la sombra de la amada
Que conversa en discreción de la vida con los hijos,
Y en las tardes cuando el día acaba otra vez su giro,
Vuelve a llevarte despacio a la noche de la noche
En que acabó tu pensamiento que amor son los objetos.
Es cierto que las cosas ocupan,
También lo hace la abeja, la hormiga y la ardilla,
Pero no se acaba su vida en la acción de transportar.
Eso y más es la vida, eso y más es amar.
Dejo de hablar con quien piensa que amar es cosa de bienes
Y vale sólo el que tiene, el que sabe y el que puede.
Ahora voy contigo personaje curioso
Por la costumbre que siempre tienes de andar con poca ropa,
Me quisieras responder: ¿por qué asocias amor con agitarse
de cuerpos
Sin importar si es tu pareja, compañía de ocasión o la
pareja de otros?
¿Es acaso que amor se reduce a esos momentos del encuentro
de la piel?
¿Y cuándo llegue la edad en que acaba la pasión
Entonces también se acaba el amor del mundo?
¿Cómo dices que se hace el amor cuando nada más se tiene
sexo?
Sabes bien que son muchos casos en que se tiene lo segundo
y no se tiene amor,
Hay impulso, emoción, un deseo incontrolable,
Y al final quedan los cuerpos dormitando, sin amor,
Intercambiando la canción que sólo es posible entonar
Cuando primero fue amor y después desnudez,
Pero que se tenga claro que no es amor lo que se le
apetece:
Amor es pureza, es entrega y no tiene condición,
Amor tiene la naturaleza que sólo viene de Dios,
El que se trata de parejas un asunto de distintos
Hombre y mujer en el rezo de los cuerpos,
En la religión del abrazo y de los besos como Él lo decretó.
Ven quiero hablar contigo, es que me llama la atención de
tu fina costumbre
De nada más decir palabras,
De deshacer tu vida en bellos gestos
Y de no estar cuando haces falta.
Sin duda estás lleno de corteses saludos y abrazos,
Incluso envías tarjetas, flores y hasta llamas,
Pero te quedas siempre apenas en el primer paso,
Te quedas en la voz, en la buena intención, en la promesa,
acaso,
Pero no llegas con el pan, el queso y la ropa que hace
falta,
Se me hace conocida tu pose en algunos,
El que promete y nunca llega, el que dice sí y no hace,
El Levita que pasa de lejos ante el Samaritano herido.
Te digo la verdad, me gustan tus palabras, tus versos y tus
rimas,
Pero da el paso que sigue, pues las obras son amores y no buenas
razones.
Por la vida hay mucho agradecido por lo suave de tu voz
Y la miel de tus buenas caricias,
Las ha sentido el hijo, tu mujer, la familia y los
necesitados,
Pero han quedado esperando tu compañía, tu acción,
Los concretos productos de amor que trasciende la palabra.
Vamos a la acción, hermano gesto, que el amor es más que
eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario