Si el mundo hoy se acabara,
Que será del amor que te juré, 
Y de aquellas noches apasionadas que con amor en ti
enjugue. 
Y de ese cariño que se convirtió en girasol antes de
demostrarlo. 
De las palabras que te dijo mi corazón para seducirte: 
De lo sutil que fueron mis caricias para enamorarte, 
De mis brazos que frente a las dudas te dijeron seguridad 
Y que en nuestro amor no existió el fracaso de la
ingratitud. 
De esas lágrimas que por amor derramamos 
Y del sufrimiento que produjo el amarnos, 
De esas discusiones que nos maduraron 
Y de las reconciliaciones que a nuestro amor afianzaron. 
De ese amor que alimentamos con ilusiones en aceite de
oliva 
Y en lectura de nuestro libro de la pasión hubo inventiva, 
De los sesenta segundos de amor eternos, donde paramos el
tiempo 
Y en esa disciplina férrea para besarnos en cualquier
momento. 
De las oraciones donde solicitamos su bendición 
Y de aquellos afectos cálidos en cualquier situación, 
Del éxtasis que florecía en nuestros vientres de amor 
Y del placer de hacer amor en el interior de una flor. 
Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 
 
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