Mi voz, para decirte al oído palabras de amor,
Mis ojos, para que a través de ellos veas desnudo mi
corazón,
Mi pluma, porque en tu ausencia escasea de tinta,
Mi agua, con el deseo de apagar la llama de tu ardiente
pasión,
Mi Luna, que descalza de luz en tus noches de soledad,
Mi sol, para que dibujes cada día un nuevo amanecer,
Pero sobretodo te doy mi corazón que sigue latiendo por ti.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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