Tus ojos van más allá de los mares, 
Más allá de los caminos 
Y de los montes alpinos. 
Más allá de las negras vallas incendiadas. 
Tus ojos nacen de nuevo, 
Una y otra vez nacen 
Como una imagen Eterna y Sagrada. 
La libertad sacude su esencia abierta 
Y un sonido dulce de deseo, 
Procede a la aurora transparente semblante 
De un hombre esperanzador 
En un mundo de amor 
Nacido para los brazos. 
Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 
 
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