La mañana se viste de amaneceres nuevos
Con un sol radiante en el cielo y en silencios.
La mañana se calma de fructíferos encuentros
Cuando te besa el frío del rocío en los labios,
Y vas de un lado a otro esperando a los rayos de sol,
¿Cómo te atreves a decir que no sientes el calor?
Si el sol está aquí nuestro cielo de costumbre,
Disipando toda niebla en mi cielo azul y en penumbras,
Las sombras nocturnas se debaten en la espera del frío
Cuando se llena la mañana de brisas de salitre,
Cuando se espera en la mañana por un buen café
De esos que calientan el estómago porque lo probé,
Y la mañana se colma de realidad y ves al sol en la ventana
Como espera de un rayo de luz que dice que existe … una
mañana.
Autor:
Antonio Carlos Izaguerri.
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