Es la esencia de tu piel cautiva,
La que llena la vida activa.
Es el tormento de un amor sin respuesta,
El pleno sol en aquella puesta.
El perfume de tu cuerpo me candela,
En la mira de un hombre sin cadena.
Es tu fragancia el sustento de mi alma,
Aquella que cubre mis ojos y me llama.
No soy de piedra para no perderme en tu belleza,
Tú me enamoraste con tan sólo tu pereza.
Pobre el hombre que deambula por las noches serenas,
Deseando llevar el día de sus prontas condenas.
La que llena la vida activa.
Es el tormento de un amor sin respuesta,
El pleno sol en aquella puesta.
El perfume de tu cuerpo me candela,
En la mira de un hombre sin cadena.
Es tu fragancia el sustento de mi alma,
Aquella que cubre mis ojos y me llama.
No soy de piedra para no perderme en tu belleza,
Tú me enamoraste con tan sólo tu pereza.
Pobre el hombre que deambula por las noches serenas,
Deseando llevar el día de sus prontas condenas.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
Antonio Carlos Izaguerri
No hay comentarios:
Publicar un comentario