Sentado de bajo de un árbol,
Las nubes doradas pasando,
El lúgubre viento llorando 
Cargado con polvo de muertos
Llevando en sus átomos el lamento.
Pienso en las mentiras del orbe,
Las raíces a su vez raspan el sentir del ser
El árbol con sus hojas habla verdades,
Aclarando mis mentiras obvias 
Sacando las dagas de mis memorias.
Habla el árbol pero más que hablar es cantar, 
Su melodía es paz, milenaria voz 
Dice palabras que yo olvidaba 
Pero mi alma en su pasado recordaba, 
Sus versos fueron claros, fuertes, 
Dijo: “hermano ama  a
todo ser vivo, 
Rememora aquellos crepúsculos
Donde volábamos juntos, 
Al compás del Dios sol, 
Ahí todo era amor, cosa que hoy ya se olvidó”.
Pasaba la hora azul y el árbol guardo silencio, 
Me sentí vivo por vez primera, 
Comprendí que la vida es amor, 
Mientras más amor mejor vas, 
Este amor olvidado crea la falta de equilibrio, 
Las mentiras cubren sus fragmentos, 
Las verdades se quedan guardadas 
En el fondo del pecho, 
Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 
 
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