lunes, 17 de julio de 2017

RUEGO DE LOS PESCADORES.

Apenas sale el marino, marcha la lucha la inmediata...
Olor de su piel emana, salitre lleva en sus venas,
De su regazo nocturno, pide resguardo anticipado
A la reina de los mares que del cielo a bajado.

Sus oraciones son cantos de cortesía en buenaventura
Atado al mar está su lucha y navega su cordura,
La estrella de los vientos canta en su destello
Su protección en la intricada y osada aventura.

Pone pie en bote o barco, soltando así amarras
Y anclas, con vela fija hacia la corriente
Se anima en los en ramajes dicotomito de aguas,
Recibe con sus aspas de remolino vivas y sediento.

Dejando a la orilla guardada familia y sueños,
Encomendado va al santiguo del alma y cuerpo;
Mirada con rumbo fijo hacia la línea que bordea
Como lienzo unido... el cielo, el mar y la tierra.

Morral en mano, ceñido a la cintura la brújula
Y el ojo que atina la vitácora que vigor aflora
En diana matutina... junto a él van compañeros,
Adiestrados lobos de mar "Barrio de pescadores".

En punto lanzan sus redes, se vierte en su cuerpo
Sudor y calor inexorable, de ardientes ayeres,
Su piel les dora el rey tornado crisol;
Y Poseidón,
Si es compasivo, mejores frutos dará hoy.

Le rinden continuo honor a la madre Carmelita
Reina del cielo, si bajo tempestades estàn
Ella intercede por ellos... potestad son lamentos
Inmediato para ser atendido a los navegantes,
Naúfragos o pescadores en el coloso mar.

Pronto termina la jornada, si le toca antes
Del poniente, van encendiendo sus ganas al ser
Para poder en tierra encallar, con su diario y tenacidad

Buscan subsistencia cual fardo de mar salado.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

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