Aquella mujer que miró el sendero
estuvo una vida buscando 
morada infinita.
Fija la mirada al final del camino 
y lleva consigo la caricia del viento. 
Aquella mujer 
humedece sus labios con el fresco rocío 
corta la hierba…para adornar su pelo 
camina descalza, dejando a su paso 
el sonido de su andar viajero.
Aquella figura del tiempo 
tiene un profundo mirar 
busca en los lirios del campo 
a la mariposa azul 
se lleva el trinar de un árbol florido 
cuelgan de su largo vestido 
el arrullo del mar 
el aroma de la tierra mojada 
y del horneado pan. 
Aquella figura plateada de luna y de río 
se trepa a la brisa buscando 
el sonido del aire, la flor de la vida 
y su propio destino.
Ella mira el sendero
se pierde en un remolino
de rosas y nubes 
entre colinas y sombras, 
como enramados jazmines 
aprieta ; recuerdos y sueño. 
Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 
 
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