Triste y angosto paisaje,
árboles muertos y desnudos,
la luna triste, sin semilla el campo,
a lo lejos el horizonte arde,
la tierra se mira en el espejo...
¡Cuánto se aprende mirando un paisaje!
Si no se mira de lejos,
es como si lo pintaras
con pinceles de terciopelo,
ser pintor es fácil,
la vida es un museo,
solo hay que pararse
de vez en cuando a contemplarlo,
siempre hay cuadros nuevos
para pintarlos con la mirada
y tener en el corazón el deseo
de sentirlo y tocarlo...
Si yo fuese pintor,
Pintaría cuadros de paz y de amor todos los días,
y los expondría en el museo del corazón,
y allí, todo el mundo los vería...
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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