Va tu voz anidando...
se adueña de todas las sensaciones y danza…
danza, sí...
como danza una gota de agua cuando cae en una rosa,
vibrante y sentida , como el llanto de un niño.
Si... abraza tu voz
y besa!
Y se sienta a mi mesa.
Dice: - Tomaré café
contigo,
baila conmigo;
me amarás, mi niña.
Y, yo le respondo con dulce armonía:
- Te daría mi vida.
Canto de ave, magna sinfonía
que, a trino y verso vuela hasta mí
en eco de poesía.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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