viernes, 8 de septiembre de 2017

A VECES TENGO SUEÑOS.

Bello amor, delicia sana,
¡qué lindo cuando aparece
en esa la edad temprana!
con un temblor que dispara
y sin saber cómo, crece
el ritmo de la tensión.
Bendita fuente que mana
esa savia que enloquece
y va pintando de verde
el camino a la pasión.
Bendito amor si se riega
como bien él se merece,
no le falte ardor ni fiesta,
a más riego, más se crece
saliéndose de la cerca
si con pasión enternece.
Tu ávida mano acaricia
sin pudor mis tersos pechos,
mientras arden nuestras bocas
con el fuego de los besos
y un rayo de luz de luna
celoso bebe silencios.
La gloria al trasluz respiras
al ver ante ti mis prendas
que tersas y cristalinas
destilan perfume a fresas,
ante esos ojos que miran
con el ansia de morderlas.
Tu mano palpa miedosa,
finas curvas de mi pecho,
tu dedo trémulo posa
sobre mi pezón erecto
con su colorcito rosa
y en tus ojos veo el miedo,
tu mirada temblorosa
parece no estar creyendo
el que una hembra tan fogosa
se derrita por tus huesos.
A veces sueño que sueño,
que es tu vida mi gran sueño
y otras veces también sueño,
que estoy soñando que sueño
que por ti yo pierdo el sueño
y tanto soñar que sueño
poco a poco me entra un sueño
en el que pregunto al sueño;
¿si él no ha de ser mi sueño,
para qué me sirve el sueño? 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

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