Son los recuerdos dardos
o besos en la carne,
efímeros como una noche,
eternos como una vida.
Nos atan a lugares y tiempos,
no respetan ni el presente ni el futuro.
Abren la puerta sin permiso
y hasta se comen nuestro bocado.
Nos roban el sueño y nuestra cama,
se acomodan la almohada para ellos,
y en la noche nos quitan la frazada
y dejan nuestra alma al desnudo.
Nos apagan la sonrisa y la vuelven mueca
o calman el llanto y lo vuelven risa,
Nos hacen poetas
y consumados artistas,
de teatros con
butacas vacías.
Son timbres de voces que resuenan,
desde recónditos lugares y guaridas,
encerrados en algunas cartas,
detenidos en una foto.
Eso son los recuerdos,
reencuentros con nuestro camino,
donde se unen pasado y presente...
son los caprichos de la vida.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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