Qué deseo siento al verte,
cuántas ganas de tenerte,
camino y persigo tu suerte
porque eres tu mi amante,
la que deseo inexplicablemente,
despierta mi instinto más ardiente,
pierdo la razón, la cordura.
eres pasión y lujuria,
eres el campo y yo el campesino
eres el mar y yo el pescador,
eres la madera y yo artesano,
te siembro, te pesco, te tallo…
Son sólo mis manos
y tu cuerpo jugando.
Yo arcilla y tu alfarero,
amante fiel soy de tus deseos,
tomo la forma que me das
al delinear con tus dedos mi cuerpo,
me invitas a sucumbir
a este deseo inmenso que por ti siento.
juntos seremos los amantes perfectos.
El cielo tiene estrellas, tú eres una de ellas,
brillas, quiero que pase el día para verte,
tenerte presente
La eternidad tiene tu nombre,
eres mi secreto mejor guardado,
nadie sabe que estoy a tu lado,
sueño de noche, brillo de día
Soy tu estrella escondida en la arena del mar,
enamorado, sintiendo tus caricias, amando,
te llamo por tu nombre, respondes.
Mi nombre tiene siete letras,
el tuyo tiene cinco,
es un gran reserva.
¿Brindamos?
Y cuando estamos juntos
el tiempo pasa volando,
se nos va entre las manos,
sólo nos deja el cansancio
de dos cuerpos que se aman
en la oscuridad de la sombra,
que se arrebatan el aliento,
se arrancan la piel a besos
entre caricias sin lamentos,
son gemidos corporales
de pasiones, de momentos,
y es tu cuerpo y es mi cuerpo
que se quedan sin aliento.
Que delicia siento esos minutos
en los que tu cuerpo me quita el aliento,
me saca las lágrimas, me roba los argumentos,
Que delicia, esos minutos en los que me entrego sin
remordimiento
a tu cuerpo que me espera sediento,
Erecto se pierde entre la humedad de mis deseos,
tus manos aman la libertad en mi cuerpo,
y yo.... encarcelarte quiero en la prisión de mis deseos.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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