jueves, 12 de octubre de 2017

DUALIDAD ERÓTICA,

Siento tus brazos abrazarme
y las brasas de tu vientre abrasante.
Aplastante espesor de sudor 
de tu vestido tejido de carne.
Se cultiva mi palma errante
al costado de tu seno océano.
Mareas de tu ser tocan mi costa
y se aviva la sed de entretejernos
en una suerte de cosa ósea.
El espacio entre tus costillas
son para enganchar mis dedos
y tomar una y formarme completo.
Te siento agarrarme y desgarrarme
carne a carne buscando penetrarme
y descubrir que soy tan simple como agua.
Me desnudo puro para reflejarte
pero al verme verte me descubro.
Un nudo urdo en mi cintura parda
con la línea incesante de tus piernas
y así asirnos sujetos en un sujeto,
en un híbrido de libido y cuerpos lívidos.
Hilos de luz exudas por los poros,
en las tinieblas brillas incandescente
y el fuego humedece los troncos.
Baila el aliento que se nos escapa,
es bruma de pasión que no escampa,
es mancha del instante equidistante
entre la vida y el olvido.
El sonido de un quejido me revela
que en el amor sí quiero siquiera.



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

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