domingo, 29 de octubre de 2017

MUJER: REINA DEL MAR Y DE LA TIERRA.

Hasta el último rincón de mi universo
(ahora mitad tierra y mitad agua)
se mantenía virgen como semillas de olivo
colgando entre sus ramas,
(cuando es tierra)
hasta el último rincón de mi universo
penetró la suavidad de sus versos
(cuando es agua)
dejando de ser solo tierra,
-ahora tierra y agua-

De sus inquietas y persuasivas:
bendita casualidad, porque como un fluido
(cuando se hizo agua)
penetro por cada vereda, por cada pradera,
virgen de ese universo sin explorar,
(cuando es tierra)
cubriendo la geografía con su humedad,
perfumando con sus palabras
mi sed, porque ella es agua.

Amaneció sin anochecer,
llegó desde el mar con su agua,
(donde era tierra)
-De las flores
que apartadas se marchitaban,
retomaron los aromas,
los olivos verdes
con sus semillas sin madurar
que estaban sin relieve
(desde la tierra)
ahora, daban sombra a los atardeceres
y se convirtió en agua para mi sed
lo que ella, sin saber, me entrega.

Luego, a medida que fue sembrando
palabras y palabras en los surcos de la ignorancia,
(cuando se hizo tierra y agua)
los campos quedaron fecundados y labrados
de donde brotaron y se esparcieron
las semillas de su esencia.
-A la ignorancia la convirtió en agua clara,
(cuando es agua)
y su claridad inundó las praderas de mi conciencia.

Palabras de húmeda fragancia, que encerraban,
amaneceres unas, atardeceres otras,
(con su tierra y con su agua)
transformadas en poemas donde los versos
invitaban a surcar los sueños dormidos
en un pasado olvidado,
-a navegar mecido por las suaves olas de rimas
de sus húmedas palabras.

Mar, que en sus olas cuando se mecen
contienen el secreto salado de lágrimas doradas
que dejan sus huellas en las orillas.
Eres mujer:
-colores del mango maduro,
-de las palmeras, la sombra fresca,
-de la música en sus olas:
familiares sones ancestrales de la mujer sensual
que derraman pasión y dulzura a su paso;
la flor en el pelo y permanente sonrisa
mirada abierta, pura y clara,
en sus movimientos, es ola que va dejando
tras ella una estela de jazmín y de canela.

Desde el insondable mar de su boca
de agua de rimas y versos,
encuentran tierra firme, cuando navegando
por el mar de mi universo, atraca en mis besos.
Porque ella es mar y es río,
convierte en tierra frondosa todo lo que toca
y fecunda de palabras hermosas
todas las tierras:
mis tierras resecas sin sus aguas.

Como luna de plata que cubre mis olivares verdes
en la noche verde de tierra y agua,
apareces húmeda con los cabellos mojados
pegados en tu sonrisa,
 y cuando te vas, cuando desapareces,
dejas una canción colgada entre las ramas,
-cuando soy tierra-
y gotas plateadas en mi mirada
-cuando soy agua-
Entonces todo se vuelve mar de olas que cantan,
y cantan entre los olivares verdes,
entre sonrisas y palabras
cuando los poemas llegan a través de las aguas
de su mar fecundo de rimas

a la orilla de mi tierra ávida de siembra.



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario