Se ha cerrado tu puerta
y el aullido de las bisagras me ha encogido el alma,
no ha habido portazos, ni reproches
pero el silencio me aturde los oídos
y humedece mis ojos con su escarcha.
¿Dónde iré cada noche a dejar mi botella
preñada de música?
¿quién iluminara mis fríos despertares
con sus mágicos cantos?
Se ha cerrado tu puerta
y una página se ha arrancado en mi libro
la guardaré con mimo entre mis cosas
entre los tesoros que marcaron mi vida.
Cuando la soledad me envuelva
y el vacío me aflija
me acercaré tu página al oído
y escuchare esos cantos celestiales
que un día me llenaron de vida.
Que Poseidón te guarde y te acompañe
en tu singladura de espumas y de brea
mi pequeña sirena, amiga, hermana,
siempre estarás brillando entre mis olas,
siempre me guiaran tus ojos esmeralda
entre las aguas que mueren en tu playa.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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