TU ERES LA DULZURA.

Tu eres la dulzura que siempre eh anhelado
tener aquí en tierra tierna mujer
y en cada estrofa que escribo
lleva un pedacito de mi inspiración
no se que me pasa será tu encanto
o veo en ti el paisaje hermoso
que en mis letras quiero dibujar en palabras
de lo que estoy sintiendo en mi corazoncito.
Ahí días que mis pensamiento son de amor
no se que tiene pero me transmite a mi alma
tenerte plasmada en mí con pasión de amor.

El aroma recorre tus encantos
la caricia se entretiene
un dejo de pasión se rebela
eres certeza
silueta de los anhelos
lienzo
horizonte
y marea de mis rumbos
muelle de mi barca
noche de plenilunio
mi razón marinera
surco de mis siembras
bitácora final

Desde el instante feliz
en que mis ojos te descubrieron
y me enamoré de ti,
supe que tú eras la dulzura
y el amor de mi vida,
y jamás de defraudaste,
porque tu amor llenó mis ansias de felicidad.

Descubrí que tu eres dulzura
cuando me mire en tus ojos
fue tan tierna la sensación
que de allí nació mi amor.

Como agua cristalina del manantial de tú amor
sediento voy a saciarme para calmar mi calor
Un fuego llevo en el alma
cual rosa roja de abril
llorando por las mañanas
con rayos de frenesí.
En esos labios carmín
apago yo mi fulgor
de mi ardiente corazón
con dulces besos de amor
que siempre te entrego a ti.

Eres la siempre tierna y viril dulzura
Que vive y que reanima tanta pasión,
El sutil e increíble corazón
Que me brinda por siempre su ternura;
Aquella inolvidable, alba aventura,
Que se fue convirtiendo en obsesión;
Que dio a toda mi vida la razón
Y el porqué de escribir tanta locura;
Eres mi sueño mágico, algo bello
Que aunque, yo sin querer, volví verdad;
El sutil y hermosísimo destello,
Mi proyecto de amor, felicidad:
Un prodigioso y vívido destello
De suma entrega, amor, realidad…

En ti encontrar la dulzura
lo anhelo siempre mujer
mis letras he de tejer
sellando así la aventura.
La más recia asignatura
será poderte querer
y allá en tus ojos fiel ver
del alma grande ternura.
Parece juego de niños
amar con seria intención
incluso no es la pasión
que emerjan nuestros cariños.
Vivir un reto queremos
por mucho tiempo perdure
que nadie apueste ni jure
y baste bien nos amemos.

De acacia
Revierta en primavera
Revienta mil soles
Ofusca mis pensares
Reposa en Olimpo
Perturba las razones
Tu dulzura honra un resto de humanidad
Magnificencia
Enardecen sentimientos
Derivan siempre hacía ti.

Tú eres la dulzura
que busco en noches frías
en horas de alegría
en sueños y agonías
Tú eres la dulzura
que vuelve a mí caricias
tenemos las pericias
tú portas la ternura
Yo tengo la mesura
que suena en tus latidos
y escuchas con sonidos
las marcas y premuras
Te quiero con mis sueños
Y todas mis locuras
tú tienes la dulzura
y yo de ti soy dueño

Caminando encontré una barca, y comí dentro de ella pancoras
Tréboles de ensalada y yuyo a toda hora
Succioné fuerte las lapas y la mar corroe mi cara
Sediento de tu calor
Sal marina en flor
Deseoso de tu mirada
Apareció bordeando los cerros
La avellaneda cargada
Frutal nativa mata
Y gocé tus besos otra vez
Dulce moza encantada

Tu eres la dulzura que queda impregnada
en mi alma, ya no existes, pero tu esencia
dulzura derrama.
Tu has sido el amor de mi vida, y sigues
siendo el mejor recuerdo que tengo, y seguiré
diciendo, aunque ya no te tenga.
tú eres la dulzura
con la que en tu ausencia
cada día como un perfume
mi alma se impregna.

Tú eres la dulzura
que adereza los sentidos
que fortalece la vida
y que me brinda ternura.

De ti brota la mansa estructura de los sueños,
la calidez pausada de la dulzura extrema,
los vientos de poniente, el sol y las mareas.
Es tuya la esperanza que de tus labios bebo
como un sediento paria carente de cariño.
Si, tu eres la dulzura que de mí saca lo bueno,
la que destierra el mal que habita en mis adentros.

Tú eres...
la dulzura
que se anuda
a mi desdicha,
y apenas muere
desaconsejada
de consejo...
en el éter
desnudado
de su risa,
en el aire
desbocado...
de su beso.

Tú, eres el tiempo
y los motivos
Tú, marcas mis latidos
mi tiempo vivido
Tú eres la tibieza que
me arropa en noches frías