Mejor me quedo callado,
mejor no volver hablar,
hacer del silencio un mundo
donde soñar y olvidar.
Mejor me quedo callado
sintiendo el tiempo pasar
y afilo los mismos clavos
que me han de crucificar.
Mejor me entrego a las olas,
regreso a la madre mar
y encuentro nuevos caminos,
espumas, arena y sal.
Mejor que cierre los ojos
que ya no pueden llorar,
-hasta las lágrimas huyen
del que nada tiene ya-
y pare el corazón mío
y deje de respirar
para esperar tus abrazos
allende la eternidad.
Auitor
Antonio Carlos Izaguerri
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