Siempre pensé que escribir deseaba,
cuando mi  pobre
salud no me dejaba
me di cuenta que a las letras amaba,
me sentí triste, realmente deprimida.
En plasmar algo 
siempre pensaba,
mi pobre mente en otra parte estaba
lo que siempre quería, nunca podía
lagrimeaba, mi corazón entristecía.
Tomé fuerzas, en un triste, gris  papel
escribí mi 
verdadero, gran sentir en él
mi humilde, simple 
alma sigue  gritando
transcribir letras, mucho, estoy deseando.
Hoy, positivamente gran coraje debí tomar
así  poder lograr,
estas pobres líneas plasmar
se de consecuencias, al tanto sentada estar
pues a mis  amigos no
los puedo defraudar.
Hoy me di cuenta soy escritora de vocación
volcando mis sentimientos con gran emoción
sin pensar en dolores, ejercicios hacer deberé,
deseo sonreír, a mis compañeros no defraudaré.
Mis  verdaderos
amigos  nunca no me olvidaron
el  tiempo en que estuve
ausente me esperaron
no puedo tan solo escribir lo que estoy amando,
debo leer lo que vuestro gran  corazón va gritando.
Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 
 
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