A ti mujer que tanto me quieres.
Nunca tuve miedo de entregarte el corazón,
no puedo entregarte algo que ya te pertenece
desde el primer momento,
desde el primer latido.
No puedo dejarle nada a mis sentidos
sin decirte todo lo que por ti siento
pues la mirada te habla con los ojos dormidos
y mis labios susurran 'te amo'
como si existiésemos los dos,
MI amor, solo los dos,
y únicamente un 'te amo'.
Me pregunto a veces si eres mi destino
y comprendo misteriosamente todo
cuando tomo tus manos y descubro el sendero
ya que en este mundo falso somos verdaderos
y a pesar de nuestro amor seguimos siendo humanos.
Se hizo muy difícil decirte que te amo
aun sabiéndonos realidad
pero estando entre tus brazos
yo no le temo al fracaso
pues te amo de verdad.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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