Volveremos algún día
a amarnos sin dolor
sin las penas las distancias
sin la envidia que nos causa desamor ...
Volveremos por las tardes
a buscarnos con el brillo en nuestros ojos
que solo irradia el amor ...
por la pasión y los antojos
al darnos por fluir
propios alardes
recíprocos en los que como nos viven con
amor ...
Volveremos al ocaso
a rodearnos con los brazos
que deleitan con los besos
y sus estelas que emanen
de los labios y las lenguas
que se buscan cual eterna estación ...
como los moluscos idos que en sus casas permanecen ...
los rumores del mar
cantando a nuestro amor ...
Volveremos pasada ya
la medianoche
a reírnos sin reproches
encariñados por consentirnos
al querernos y fundirnos
pensando que si bien hemos de irnos
inmortal ya es este amor !
por los grandes versos que al rendirnos
quedan en la historia al compartirlos
con quien sueña, vive, piensa y siente un amor ...
en su corazón como un trueno del mismo sol.
Volveremos a esperarlo
cuando asome su tibieza
y juntos directo
vamos a mirarlo
por el querer y su grandeza
con la rabia en las junglas de cemento
que labra y va surcando
con fuerza
para plantar las semillas con tierna pureza
que irán rimando por doquier sentimientos
al amor y sus reales mandamientos
que solo dicta un enamorado corazón
siendo tu del mío
... la única silueta amada por razón
y te amaré silente
sin contemplación
así tendrás mi amor
mi inspiración
y en romántico cierre te escribo
que no hay nubes ni
tormentas
que interrumpan nuestro amor!
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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