Cuando quieras saber de mí,
búscame en el jardín del olvido,
ahí ... donde quedé sembrada,
esperando siempre tu presencia.
Búscame en las nubes,
porque seguro estaré soñando
en tu regreso, búscame si quieres
en la más triste canción de amor.
Cuando quieras saber de mí
solo basta que mires las estrellas,
busca a la más triste y sin brillo
y sabrás que ahí estoy.
En la oscuridad de mis sentimientos,
en el silencio de mis amarguras,
en un suspiro ajeno y en unos ojos
que te brinden calidez.
Búscame en la banca vacía,
donde tantas veces esperaba tu llegada,
porque te veía sonriente ...abrazándome...
invitándome a disfrutar la vida.
Cuando quieras saber de mí
búscame en cada paso que des,
en la playa solitaria ... cuando sientas
que el mar llega a tus pies
y recuerdes cuanto nos gustaba jugar.
Estaré en una copa vacía,
en una canción sin final,
estaré en cada lágrima
que tú veas brotar.
Nada soy ... nada fui ...
solo fui diversión...
mientras yo te entregaba mi alma ...
ahora no sé a dónde voy.
Cuando quieras saber de mí,
búscame en los caminos sin nombres,
en el tren del abandono,
porque ahí es donde me acomodo.
Buscarás mis risas,
buscarás mis labios,
verás mi luz apagada
y sabrás que estoy ahí;
y como siempre
se te olvidará tocarme,
esperarás a que yo sea quien llame
y yo ... escondida en mis soledades
no volveré a buscarte.
Cuando quieras saber de mí...
será muy tarde...
como flor deshojada
moriré por ahí...
sintiendo el frío de las noches.
Y dejaré de sonreír,
te acordarás de mí,
como algo borroso
que no conociste su fin.
Y dejaré de bailar
al ritmo de cada latido de mi corazón,
que poco a poco irá muriendo por ti.
Cuando quieras saber de mí,
será tarde,
porque el abandono
me abrió los ojos
y tú no me quisiste seguir.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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