viernes, 31 de enero de 2020

CUANDO ME BESASTE.

Ven, une tu espíritu al mío en un beso no santo.
Entrelaza tus dedos con los míos en un rose profundo
que al amor delata.
Hagamos un pacto de sangre mordiendo los labios
en un dulce canto.
Afuera en la noche rompiendo el silencio rugen
las negras campanas,
se agolpan murciélagos blancos sobre las ventanas.

Pero tú amiga ajena, no sientas el miedo, el miedo de amarme,
que crujan los dientes, esta noche es mía y no he de dejarte.

Las palomas blancas de alas temblorosas me verán besarte,
Y después de amarme nunca más a otro podrás amarrarte.
Que será un pecado gritarán las sombras quebrando gargantas,
aullando los lobos hambrientos me verán cazarte.

Ya está sobre el fuego candente mi sello de hierro,
el alma y el cuerpo sin piedad alguna deberé marcarte,
y serás tan mía como nunca antes has sido de nadie.

Llevarás mi nombre para siempre escrito a rojo en la sangre,
y te irás conmigo por caminos blancos dejando las cosas
que hasta ayer amaste.
Porque no se vuelve a ese ayer sin alma,
y tú ya no tienes más que lo que es mío,
eso que me diste cuando me besaste…





Autor           
Antonio Carlos Izaguerri

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