Qué le pasa a mi reloj del comedor?
Parece embrujado, lo pongo a su hora,
me doy media vuelta y la aguja cambia
como una veleta.
Es como si hubiera un duende dentro
que juega y se entretiene adelantando
el tiempo.
Y cuando me voy a trabajar, a mi regreso
el reloj señala la hora de América,
es que me quedo perpleja.
No me lo invento, algo le sucede al mecanismo
que se vuelve loco, y se adelanta, a veces minutos,
otras veces horas, y si estoy fuera, al llegar
señala de otros países la hora.
Lo tendré de llevar a que lo miren, quizás el
duende
que está dentro, me avisa así para que lo
libere,
no lo sé, pero parece de brujerìa, mi reloj se
adelanta,
no de día en día, si a cada momento que las
agujas
a su sitio, poner yo intento.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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