domingo, 29 de marzo de 2020

CONMIGO.


Aprendí a odiar las fotografías, porque en ninguna apareces conmigo.
Decidí ignorar las festividades, debido a la inexistencia de celebración contigo.
Mi paladar sólo percibe la amargura de cualquier sabor.
Aún no encuentro un placer suficiente para aliviar el dolor.
Ir a un bosque y mirar flores es una tortura porque en cada una de ellas estás tú.
Es algo insuperable o quizás solamente necesito un suministro de anestesia.
El sufrimiento aparece especialmente al acercarse la fecha en que naciste.
Desde entonces acudo a un ritual espiritual,
en agradecimiento por haberte conocido.
Supiste de mis deseos; permanecer por siempre juntos.
Tenía una puesta de sol reservada, era ahí la ocasión para jurar amor eterno.
Pasados los años, aún tus ojos me alimentan, en verano es mejor.
Espero alguna vez recordarte como una historia que me hizo sentir vivo.
Mis esperanzas se irán en un aerostático al paraíso, sé que terminarán contigo.
Al encontrarnos, te abrazaré y seremos uno solo.
Por lo pronto es suficiente con una nube formando tu bello rostro.
Tus palabras no quedarán en el olvido, tu amor permanece conmigo.

                                                             



Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

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