Mi Poesía no gusta porque es mía,
sencilla, sin
pompas ni opulencia,
solamente trova realidad no fantasía,
nacida inédita de la conciencia.
Mi Poesía no gusta por vulgar,
calificada por prejuicios de clase,
porque en bohemia cantina nace,
no entre vinos de refinado bar.
Más si fuera producto de Academia,
entre limitantes métricas y rima,
de Poetas hechos no de nacencia,
sería obra de clase que discrimina.
Es carente de alcurnia y estrato
y adolece de lenguaje literario,
pero es versar de vida no de rato,
aunque se afirme lo contrario.
Es voz de pueblo quizá de indigente,
su vocabulario sencillo pero franco,
es para el alma de toda la gente,
no para pocos de cuello blanco.
Traficantes de prejuicios clasistas,
esclavos serviles de diccionarios,
¿Cuándo sus versos amarillistas,
trascenderán alma para recordarlos?
Mi Poesía no gusta porque es mía,
empírica pero patrimonio del corazón
y ante todo prejuicio de clase porfía,
que irreflexivamente le niega la razón.
Más por ella:
Sin tiempo ni lugar,
cerca, en exilio o lejanía.
Alguien añora o suspira,
recuerda y no olvida,
amando con fervor.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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