En una antigua foto nuestra observé y
contemplé aquel beso apasionado y eterno, tus carnosos y exquisitos labios,
color rosa, sabor miel, aún en la distancia siento el dulce sabor de tus labios
en los míos, quiero volver a besar
aquellos labios tiernos, sentir tu roce con los míos.
Tu sonrisa me dice muy claro que el mundo es
de tu propiedad y yo con el, has de mi tu esclavo en el amor, con gusto tu
mucamo seré. Maldito sea yo si en ti no logro provocar tus sonrías y llenar tu
vida de alegrías.
Ternura emanan de tus labios cuando se chocan
con los míos, vuélveme a besar intensamente, bésame sin miedo, bésame
eternamente, bésame lentamente, ven a besarme con tus apetitosos labios, porque
tus besos recuerdo a diario.
No rías de esa manera, cuando ríes a si es
como poner chocolate en el sol a medio día, tu risa me domina, tu risa me
controla, tu risa provoca en mi tanta inquietud como niño por su teta, tu
sonría me enamora, si te digo que no me sonrías no me creas, es que me salta el
corazón de emoción y me descontrola.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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