Atravesada en mi alma te llevé largos años
Pues desde niño andabas vagando en mis
anhelos.
Pasaban los inviernos, llegaban los veranos
Y
tú tan intangible, como el azul
del cielo.
Después llegue a tu vera como llega un extraño
Y tu cual golondrina que mendiga un alero
Llegaste a mí, y unidos en un abrazo largo
Compartimos un poco de mi pan y mi fuego.
Uniendo nuestras suertes nos fuimos por la
vida
Sin rumbo prefijado, sin metas a la vista
Porque nunca se sabe que nos guarda el
destino.
Y así fuimos sembrando semillitas de amor
Y tuvimos un techo, un huerto y una flor
Y aun sigues en mi alma, pero no en mi camino
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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