Qué lindo despertar tienes,
Tan lejos de la luna
Esa que no te acuna
Y tampoco te da bienes
Que delicada es tú presencia
Sutil, diáfana
Llena de paciencia
Y humilde obediencia
Que hace resurgir vivencias
Que honor tenerte cerca
Con tú mirada alerta
Tú compasión autoexigida
Y tú belleza conseguida
Alguien importante vino a verte
Fue el don de tú suerte
Que acompaña a tú equipaje
Sin máscaras ni disfraces
Qué preciosa eres
Entre todas las mujeres
No sé de quién eres
Pero a mí me puedes
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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