martes, 12 de mayo de 2020

DÉJAME SER.


Déjame ser el hombre de tu vida,
y deposita en mí, la fe y la esperanza,
déjame ser quien cure yo tu herida,
y vigile tu ser de males y venganza.

Déjame ser por favor, el coro de tu canto,
que muerda yo tus labios con hambre de amor,
déjame ser quien enjugue yo tu llanto,
cuando brote la duda, cuando brote el dolor.

Déjame ser tu calor en esta noche fría,
cuando sientes el calor de todo mi amor,
déjame ser por fin el niño que sonría,
cuando en tus manos sienta tener una flor.

Déjame ser la espuma de tu ola,
y en mi playa solitaria puedas tú bañarte,
déjame ser tu y yo, y no tú sola,
porque si tú te alejas yo voy a extrañarte.

Déjame ser la luz de tu mañana,
y que a tu lecho acuda sin temor,
déjame ser el repique de tu campana,
y que por las noches me llenes de amor.

Déjame ser el día, la tarde y la noche,
y que a mi cuerpo tú le llenes con tu calor,
déjame yo ser quien cierre con broche,
la tarde más tierna al hacerte el amor.

Déjame ser por fin lo que yo te pido,
tu amor, tu alegría, tu nuevo querer,
déjame ser el hombre que tú has elegido,
para tus noches de amor y de placer.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

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