Ven, tocarme, acariciarme lentamente,
suavemente desliza tus manos por mi espalda, ve mi mirada la cual solo te
llama, ves esa llama encendida, bésame como si no hubiera un mañana, el fuego
se siente en mi piel, tus besos provocan esa sensación de ardiente pasión,
déjame quitarte la ropa, sé que quieres que lo haga, déjame deslizar me con mi
lengua hasta llegar a tu miembro, quiero sentir tus respiración y corazón
acelerado, desnúdame completamente, solo soy de ti, cada vez tu nombre se graba
en mi piel, mientras juego con mi lengua, sigue tocándome, ¡no pares de
hacerlo!, pasa tus manos por cada rincón, llévame al cielo y no me dejes caer,
termina en mi boca eso deseo, probarte a ti, siente que estoy temblando,
cambias de posición bésame, tócame, enciéndeme, muérdeme, solo hazme tuya,
escuchas mis gemidos, mientras juegas con tus dedos dentro de mí, me tienes
solo para ti, porque así lo a dicho el destino, mírame las ganas no se hacen
esperar, quiero tenerte dentro, quiero sentirte, nuestros líquidos se unan, se
siente tan húmedo, pero tan rico y tan vibrante, no quieres parar, trata de
controlarte que ¡me encantas!, bésame una y otra vez, no pares que estaba
deseosa de ti, nuestros cuerpos Sudán, estamos al borde de la pasión, quiero
m-as estamos insaciables, siento que voy a explotar, quiero que te vengas
dentro porque no puedo más, es un deleite tenerte y hacerte mío, como tú me
haces tuya, mi amor no puedo con estas ganas pero me estremezco porque no
quiero que pares, no te detengas aunque nuestros cuerpos cansados están me
encanta hacer el amor contigo, desnúdame no solo con tus manos, si no con la
mirada, envuélveme en tu ser y sedúceme para hacerme gritar de placer.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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