Eres gesto candor permanente y sincera
La musa terrenal de empíricos pasos
Inspirando versos con tus prólogos abrazos
De protección felina y cautiva espera.
Nos das mensaje y siembras un consejo
Manteniendo tu tristeza, profunda y vedada
Aunque tu enojo frío como la blanca nevada
Permaneces risueña, ante mirar perplejo.
Adornas todo hogar como al jardín la rosa
Bendiciendo con tu presencia cada rincón
Igual a la lluvia fresca, cuando es copiosa.
Te he visto llorar con el sangrar de un alma
Sin dejar de elevar tu ruego hasta el cielo
Y sin negar el refugio que hay en tu palma.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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