No, nunca he tenido heridas de amor
Tengo heridas, muchas, muchísimas
pero no son de amor
El amor no hiere.
El amor no duele sino cura
El amor es felicidad
Por lo menos, es el sueño que me han vendido, y
que he comprado de buena gana
Quería creer en algo.
Así, mis sangrientas heridas son provocadas
por mis relaciones
la desconfianza
la inmadurez de aquellas personas y sus
infidelidades repetidas.
El amor no es solo un sentimiento
Es una decisión día tras día
Una decisión de superación
Amamos pero decidimos amar lo que amamos
Correr el riesgo
Decidimos entregarnos a este amor
Pero, unos con los ojos cerrados o con un ojo
cerrado el otro abierto
otros con los dos ojos abiertos.
¿Para qué?
Nos gusta medir, poner una cifra, un límite a
todo, hasta medir el amor
Nos gusta tener el control, a veces perderlo
Nos gusta ser mártires, héroes, ganadores o
perdedores.
¿Acaso hay una clasificación en el amor?
¿Qué es eso que llamamos amor?
¿Será diferente para cada uno o es igual e
inaleniable para todos?
No, definitivamente no tengo heridas de amor
Nunca me ha gustado ser mártir
Nunca mi ego ha sido tan grande
¿Para qué hacerse daños?
Por favor, no me vengas con tus frases recién
aprendidas: quien no tiene heridas nunca ha amado.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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